La Otra Mirada
VIDEO: la tragedia que vaticinó el campeón
En La Otra Mirada, una historia que terminó de la peor manera: la muerte en la Fórmula 1, con el anuncio de un campeón.
La obstinación y el capricho no suelen ser aliadas de la buena fortuna. Y en esta historia trágica se aunaron para tener el peor desenlace en una de las historias más particulares de la Fórmula 1.
En 1968, Soichiro Honda ordenó el desarrollo de un motor de F1 refrigerado por aire. Y fue así que la terminal japonesa presentó el Honda RA 302, un automóvil con revestimiento de magnesio junto con el RA 301, refrigerado por agua y con cuerpo de aluminio, diseñado por Honda y la British Lola Cars.
Sin embargo, en medio de la euforia por el nuevo auto, en las filas del team oriental se encontraba el único piloto que supo ser campeón mundial de Fórmula 1 y de motos: John Surtees.
El experimentado conductor probó el frágil modelo RA 302. Con valentía, dentro de su estructura afirmó que el auto era “una trampa mortal”, y que por la peligrosidad que representaba, según su opinión, se rehusaba a manejarlo.
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Honda decidió ponerlo en pista de todas maneras. Y allí apareció el francés Jo Schlesser, que quería manejarlo a toda costa, ya que le posibilitaba debutar en la máxima categoría y en el Gran Premio de su país, Francia.
La competencia de 1968 se desarrolló en el circuito de Rouen Les Essarts. El debutante piloto local ya tenía 40 años. Schlesser tuvo su lugar en la grilla.
La tragedia que vaticinó el campeón
Pero el vaticinio de Surtees se concretó con apenas dos vueltas de competencia. Schlesser se estrelló y el automóvil se detuvo de costado contra un talud. El magnesio y el tanque de combustible para 58 vueltas de carrera provocaron un incendio descontrolado, que produjo la muerte de Schelesser y la destrucción del Honda RA 302.
Si bien la marca japonesa volvió a construir un vehículo similar, Surtees se volvió a negar a conducir el RA302 en la carrera siguiente.
Honda abandonó la Fórmula 1 y recién volvi´en 2006. Y el circuito de Rouen jamás volvió a recibir a la Fórmula 1.
El apellido Schlesser se popularizó en los años 1999 y 2000, ya que su sobrino, Jean Louis, ganó el Dakar en África.
Aquella tragedia fue eclipsada por una serie de trágicos episodios que golpeó al deporte motor. El mundo de la velocidad ya estaba conmovido por la muerte de Jim Clarck en Hockenheim, en una prueba de Fórmula 2. Un mes después, su amigo, el inglés Mike Spence se mató probando un auto en Indianápolis, con miras a las 500 Millas.
Por aquellos días también Italia se sorprendía con la muerte del piloto Ludovico Scarfiotti, nieto del primer presidente de Fiat, al salir despedido de un Porsche en una prueba por el Campeonato Europeo de Montaña. Dos años antes había ganado el GP de Italia con una Ferrai y ese domingo no quiso correr en Spa en la máxima categoría porque lo consideraba “peligroso”.
Honda y su magra experiencia en la Fórmula 1. Un vaticinio trágico marcado por Surtees que se llevó la vida de Schlesser, el veterano debutante que se metió en la trampa mortal.