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PEUGEOT 208 GTI: Un león con mucho carácter
El sub segmento de los hot-hatch se inició en los años ’70 en Europa y desde entonces mantiene su presencia en las distintas marcas, siempre con la misma fórmula, convertir modelos más bien burgueses en emocionantes deportivos.
TEXTO: Alejandro Fischer / FOTOS: Lautaro Ramírez / Johnnie Rik
Existen muchas razones por las que estas versiones son muy aceptadas entre el público, en particular joven: se trata de una carrocería acotada dentro de los 4 metros de largo, tiene un diseño más bien aerodinámico y muy atractivo, ofrecen motores con mayor potencia, mejoras dinámicas en suspensiones y cubiertas, y emiten un sonido seductor. Así se convierten en objetos del deseo que bordean los límites y se acercan a una conducción deportiva. Y, sobre todo, de manera bastante accesible.
Dentro de esta categoría, nadie, amante de los autos, puede olvidar al Peugeot 205, ese pequeño auto que marcó toda una época tanto en lo deportivo como en lo comercial. No por nada sigue siendo uno los mejores hatchback de muchas épocas. Se produjeron 5.278.000 unidades y es el segundo auto más vendido en la historia de Peugeot después del 206. Fue un modelo que reinó en los ’80 y ’90, que tuvo su versión GTi, y que hizo delirar a los fanáticos cuando la versión T 16 ganó las ediciones ’85 y ’86 del Campeonato Mundial de Rally o WRC, y ’87 y ’88 del Rally Dakar, que en aquellos años iba de París hasta la capital de Senegal.
Desde entonces, la marca del León siempre le puso fichas a este tipo de autos chicos, bien equipados y poderosos. Este Peugeot 208 GTi que llega directo de Francia es un nuevo ejemplo.
¿Qué es lo que más llama la atención de este “leoncito” inquieto? Sin discusión alguna el color para un auto seductor es el negro y para uno deportivo el rojo. En este caso la combinación de ambos es explosiva. Las sutiles pinceladas rojas –en las letras sobre la parrilla, en la línea inferior del frente, en las molduras con logos GTi en el parante C, en los calipers de freno que se ven a través de los rayos de las ruedas- le otorgan a la carrocería negra un estilo elegante y llamativo.
Y el interior es otra muestra de audacia y sobriedad donde sobresalen nítidamente las butacas deportivas, calefaccionadas, con buena sujeción lateral, en cuero negro combinado con telas más suaves en rojo, con costuras también en rojo, y más detalles del mismo color en el tablero, la palanca de cambios, las contrapuertas, los relojes y hasta en los cinturones de seguridad. Todo muy delicado.
Una consideración especial merece la ubicación del tablero y el diseño del volante. Peugeot aplica en este 208 GTi el diseño i-Cockpit que ubica los instrumentos por encima de la línea del aro del volante –en vez de verlos a través de los rayos- con la intención de que el conductor pueda mantener la vista en el camino al tiempo que observa los relojes con un leve desvío de los ojos. A algunos conductores esta disposición les resulta incómoda, al igual que el tamaño del volante: es más chico, un poco más grueso y con la parte inferior plana. Aquí también se abrió una grieta.
El motor es el corazón de todo deportivo. En este caso se trata de un THP 1.6 turbo que entrega 208 CV (el marketing dijo presente) y 300 Nm de torque. De 0-100 va en 6,5 segundos, con una máxima de 224 km/h en 5ta., porque en 6ta. se cae un poco. La transmisión es manual de 6 marchas con cambios muy pegados, con pocos saltos en el pasaje. Un placer.
Si bien está algo pasado de peso para la categoría, acusa en la balanza 1.160 kilos, el conjunto de motor, chasis, suspensiones, y las cubiertas Michelin en medidas 205/45 R17, logran un auto muy divertido con una conducción deportiva, precisa y segura. Sin dudas los neumáticos de la firma francesa se adaptan perfectamente a las necesidades de este hot-hatch aportando la seguridad y niveles de adherencia requeridos en todo tipo de condiciones a las que se puede exponer a este chiquitín.
¿El Peugeot 208 GTi encarna el espíritu de aquel 205 GTi? ¿Será el heredero natural? Sólo el tiempo lo dirá.•