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La octava generación del Passat
Con el paso de los años y la llegada de una generación tras otra, el sedán del segmento D de la casa alemana supo mantenerse como referente. Siempre con un estilo discreto y con la habitalidad, el confort y la eficiencia como dotes principales.
En esta flamante edición, el Passat no muestra cambios visibiles exteriormente, más allá de un leve restyling en el frontal. El detalle que realza la imagen es el aplique cromado que recorre toda la parte baja de la carrocería. Sin embargo, es otro el cantar cuando se abre una puerta para ver qué es lo que ocurrió con el interior. Allí lo primero que se distingue es el renovado tablero de instrumentos, que adopta la nueva tecnología Virtual Copckit del Grupo Volkswagen, una patanlla con abundante información que puede configurarse de acuerdo al gusto del conductor: con el navegador en tamaño dominante y los reljoes en segundo plano, o bien al revés.
También se aprecian cambios en la plancha frontal que tiene su correspondiente pantalla táctil de 8 pulgadas para varias funciones como audio, cámara de retroceso y navegador, entre otros. Es todo sobriedad y estilo refinado, con materiales y terminaciones de alta calidad.
La posición de manejo es óptima no sólo por la generosa regulación eléctrica del asiento, sino por el amplio ajuste en altura y profundidad de la columna. Ambas butacas delanteras tienen sistenma de calefacción y función masajes. Techo solar eléctrico, climatizador, sistema Stop-Start, son otros de los elementos que se anotan en el listado de equipamientos. El espacio interior sigue siendo uno de los puntos fuertes del modelo que, en esta edición, creció aún un poco más debido al incremento de la distancia entre ejes.
Vale entonces la mención para el baúl de 585 litros, capacidad acorde al tamaño del auto. Dentro del rubro seguiridad se destacan los 9 airbags, controles de tracción y estabilidad, ayuda al arranque en pendiente, detector de fatiga y monitoreo de presión de neumáticos.
Propulsión acorde
El encargado de mover este elegante tricuerpo de 4.77 metros de largo y poco más de 1400 kilos de peso es el propulsor naftero 2.0, 4 cilindros y 16 válvulas que desarrolla 220 caballos de potencia y un torque de 35,7 kgm entre 15.000 y 4400 RPM. Su socia estratégica es la transmisión automática DSG de doble embrague y seis relaciones. Es una combinación pensada y desarrollada para ofrecer confort y eficiencia.
Los atos de performance respaldan este argumento, ya que suenen muy lógicas el 0-100 km/h en 7.3 segundos y una velocidad final de 240 km/h. El consumo también está dentro de los parámetros esperados, ni bajo ni alto: 9.0 l/100 km en ruta y 12.5 l/100 km en la ciudad.
Experiencia de manejo
Apenas unos segundos se demora en encontrar una posición de manejo a gusto por lo apuntado anteriormente. Las respuestas y la rigidez de la suspensión se pueden configurar a gusto mediante cuatro programas diferentes para ajustarse al tipo de conducción y al terreno a transitar. En cualquier modo el comportamiento obtenido es franco, equilibrado en la absorción de irregularidades y estable a altas velocidades. Las inclinaciones en curvas son prácticamente imperceptibles, por ende, la sensación de seguridad está presente en todo momento. Todo lo hace con suavidad y una insonorización notable.
Un clásico del segmento D
Su evolución y la trayectoria lo avalan, y el respaldo de marca hace el resto. Un nombre que resuena dentro de la industria automotriz desde 1973, cuando nació con carrocería hatch. Hoy Passat transita su octava generación y sigue manteniéndose como un referente en la categoría que habitan Ford Mondeo, Peugeot 597, Toyota Camry y Honda accord. Claro que es uno de los considerados de "nicho", porque para tenerlo hay que desenbolsar 59.900 dólares, un valor para nada popular y que lo deposita en la franja de los más exclusivos entre los generalistas y dentro del primer escalón de los premium.