Argentinos en el exterior
Mucho más que una victoria
La fecha portuguesa, en un circuito que enaltece las características de Potrero de los Funes (tan atractivo, pero mejor…), cerró la etapa europea del Mundial de Autos de Turismo (WTCC) y más allá de las buenas noticias que produjo José María López –la sexta victoria del año, el estiramiento de la ventaja sobre su escolta Yvan Muller a 55 puntos cuando quedan 220 en juego- el acontecimiento más relevante de la cita fue la manera en que se resolvieron los duelos internos del equipo Citroen, con claro margen a favor del cordobés.
Las características del trazado de Vila Real, un callejero en el que la superación es prácticamente imposible salvo errores conductivos que los propicien, y la mecánica del ordenamiento de las grillas de partida, con la inversión del orden de los diez primeros para la segunda carrera (que normalmente es más friccionada por esa razón) llevó a la escuadra francesa a desarrollar una estrategia distinta en la clasificación.
Fue como si el equipo se hubiera dividido en dos. López y Seb Loeb pelearon por la pole-position, mientras que Muller y el chino Ma Qing Hua buscaron largar lo más adelante posible en la segunda carrera, tratando de establecer tiempos lentos. El hecho de que solo 10 de los 12 autos habilitados tomaran parte efectiva en la Q2 (una vez que Néstor Girolami golpeara su Honda Civic y Mehdi Bennani hiciera lo mismo con su Citroen), facilitó el trabajo. Muller y Ma anduvieron todo lo lento que pudieron, pero el chino fue el peor de ambos, marcando un tiempo de 3m17s063, que era casi 1m20 más lento que la pole de López (“lo hizo de nuevo” dijo Loeb con resignación), establecida en 1m58s515.
Esa estrategia motivó una protesta del equipo Honda contra Citroen por “conducta antideportiva”. Los comisarios del WTCC estudiaron la medida hasta entrada la noche del sábado pero decidieron no aplicar sanción alguna.
De esa manera, la escuadra gala quedó partida en dos, una partición asegurada por la imposibilidad de superar rivales en Vila Real, pero que le daba al equipo las posibilidades más concretas de quedarse con ambas victorias. A la vez, proponía dos duelos claramente delimitados: López contra Loeb (primero y segundo, luego décimo y noveno en ambas largadas) y Muller contra Ma (lo mismo, pero a la inversa).
No parecía demasiado parejo teniendo en cuenta el fuste de los rivales de López y Muller, respectivamente. Pero el campeón volvió a sorprender. Su duelo contra el nueve veces campeón mundial de rally tuvo un claro vencedor: el cordobés le ganó el pique de la primera largada y terminó venciéndolo por un segundo y medio al cabo de 13 vueltas; en la segunda carrera, el desenlace fue más dramático. Loeb intentó un sorpasso demasiado optimista, intentando aprovechar un masivo error del holandés Nicky Catsburg, piloto de Lada, para así dejar mucho más atrás a López, que lo perseguía de cerca. La jugada le salió pésima: acabó contra un muro de neumáticos y terminó recibiendo una reprimenda formal por parte de los comisarios. El duelo fue evidentemente ganado por López, que sumó 35 puntos entre ambas competencias, contra los escasos 18 de Loeb.
En el otro extremo del pelotón, el resultado fue no menos llamativo. Muller, el aspirante al título mundial, fue doblegado por partida doble por su compañero chino, que no llega a tener 20 carreras en el WTCC. Ma le sacó nueve segundos al cabo de la primera carrera, en la que acabaron sexto y séptimo, respectivamente, una diferencia que podía ser lógica teniendo en cuenta la intención declamada del francés, antes de la largada, de “traer el auto de vuelta a los boxes en una sola pieza”. La actitud conservadora pagaba réditos en la segunda carrera si Muller le arrebataba la punta al chino en la largada. También era lógico esperar que eso sucediera.
Sin embargo, tal episodio no ocurrió. El cuatro veces campeón mundial del WTCC no fue nunca rival para Ma, que terminó quedándose con la victoria una vez que la carrera se detuvo con bandera roja dos vueltas antes de lo previsto. El chino sumó 33 puntos entre ambas carreras (apenas dos menos que López), pero Muller apenas si recogió 24.
Detrás, López pensaba seguramente que un séptimo lugar (el mismo resultado que había logrado Muller en la primera carrera) le bastaba para contener daños, aún si el francés ganaba la prueba. En ese caso, habrían logrado los dos la misma cantidad de puntos entre ambas carreras, pero Pechito disfrutaba el bonus de los cinco puntos de la pole. Con una fecha menos por disputarse, era más que negocio. De todas maneras, las cuentas finales lo beneficiaron mucho más.
Claramente, el cordobés ganó su duelo particular y Muller perdió el suyo. Puede no decir mucho en términos de competencia (la diferencia entre ambos es de 55 puntos cuando todavía quedan 220 en juego) pero como nivel de referencia, justo antes de un receso de dos meses hasta que arranque la etapa de definiciones del título en Asia, pudo haber sido un golpe muy duro para las aspiraciones del principal desafiante que tiene el campeón mundial.