Guía del Súper TC2000
MÁS QUE UNA NUEVA TEMPORADA, UNA NUEVA ETAPA
La ruptura institucional dejó el vacío propicio para su gestación. Los años 70 se diluían y el Turismo Carretera quebró su vinculación con el Automóvil Club Argentino (ACA), por lo que decidió autofiscalizarse, en las oficinas del edificio de avenida Del Libertador se creó la Asociación Propietarios Turismo Competición 2000. En realidad, la idea había nacido en febrero de 1978. “Fue en el taller de Juan Carlos Benavídez. Queríamos preparar un auto con motor 2 litros para pelear contra los 3 litros del TC. Ni siquiera llegamos a esa cilindrada, porque teníamos 1800 en el Dodge que se presentó en un minitorneo nocturno del TC. Para la anécdota quedaron aquellas vueltas como líder hasta que un problema de batería lo dejó al costado de la pista. Y el uso de los neumáticos Fliter que luego fue partícipe de aquellas reuniones fundacionales del ahora Súper TC2000.
Así, la APTC 2000 contó con un primer reglamento de tan sólo 6 páginas y en el que convivían motores de 1600, 1800 y 2000cc. No llegaban a la decena de máquinas para aquellas pruebas en el autódromo porteño. Finalmente, en el certamen presentación de 1979, Osvaldo “Cocho” López se impuso con un Peugeot 504. Con un presupuesto menor a los TC, la flamante categoría tuvo una carrera presentación, el 15 de marzo de 1980, con victoria de Jorge Omar Del Río, aunque la primera carrera oficial con puntos para el campeonato fue el 20 de abril, bajo la organización del Vicente López Automóvil Club, también con victoria de “El Profesor”, con un Dodge 1500. En aquel entonces participaban Juan María Traverso y Esteban Fernandino, con Ford Taunus; López, Ubaldo Cunial y César Lofeudo (Peugeot 504); Angel Solomita, Miguel Parodi, José Pontoriero, Del Río, Gonzalo de Quesada y Rubén Luis Di Palma (Dodge), Carlos Crocco (Fiat 125)…
A partir de allí, la historia conocida. Los modelos medianos de la industria automotriz contaron con su máxima vidriera para mostrar al mercado las bondades de sus productos. A través de un manejo visionario de Alcides Raies primero, llegó la televisión, para impulsarse y convertirse en referente del automovilismo. La etapa dorada de Traverso y Berta, el fuego de la Fuego, los duelos con las Sierras, la simpatía por Volkswagen, la superioridad de Peugeot con su novedoso 405, los Escorts de Bessone y luego bajo la manufactura del Mago de Alta Gracia, los Honda del siempre querido Leo Monti, Toyota se ganó un lugar privilegiado en la historia de la categoría y Chevrolet revalidó su peso específico en la afición local.
Llegaron los nuevos motores y el TC2000 se puso la capa para pasar a ser Súper. El vara se elevó con la profesionalización y la alta tecnología, pilares de la máxima expresión de la terminales, que cuentan con cinco representaciones oficiales (Peugeot, Toyota, Renault, Fiat y Chevrolet). Los 408 de la marca francesa marcaron la diferencia, aunque ahora redobla la apuesta sin su gran bicampeón, Bebu Girolami, ni Agustín Canapino.
Y la categoría comenzará a desandar otra etapa. Ya sin Pablo Peón, que tomó a la disciplina en plena crisis de 2001 cuando los rumores aseguraban la desaparición del TC2000, sin equipos oficiales. Sin embargo, el ex piloto resurgió a la actividad con fechas novedosas y la espectacularidad de los callejeros porteños, de Santa Fe, excursiones al exterior, competencias nocturnas y en el Estadio Único, como los motores. La posta la toma Antonio Abrazián. Con una mirada superadora ante una coyuntura separatista y compleja del automovilismo nacional, sus raíces de negocio y de la economía aportarán un planteo distinto a un desafío que, pareciera, excede al propio Súper TC2000 y es mucho más abarcativo. Pista habilitada entonces para una nueva temporada y una nueva etapa…