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Festejo postergado
Gastón Mazzacane en Posadas, Norberto Fontana en las Termas De Río Hondo y el trío de Toyota que lo integraban Sebastián Buemi, KazukiNakajima y Anthony Davison, en la histórica competencia parecía que tenían la victoria en el bolsillo pero por problemas en sus autos les quitaron la victoria de sus manos.
El primer caso que sucedió en nuestro país fue el de Gastón Mazzacane, quien estaba logrando su primer triunfo en el TC, ese sabor que muy pocos pilotos conocen. Había aprovechado el error del “Nacho” Savino para tomar la punta y no soltarla hasta el final. Pero en el instante previo a la bandera a cuadros lo mágico se transformó en una pesadilla. Cuando le faltaban no más de seis curvas para festejar, el motor que le provee Fabio Martínez dijo basta, y junto con ese motor se fueron las ilusiones del “Rayo”.
El otro de los momentos lo vivió Norberto Fontana, quien había elegido una excelente estrategia en la carrera con cambio de neumático en el trazado santiagueño. Las diferentes alternativas lo dejaron al Chevrolet Cruze número seis, a falta de dos vueltas, en la punta de la competencia. Cuando todo parecía que el ex F1 volvería a la victoria después de Viedma en 2014, la rotura del neumático delantero izquierdo echó a la basura lo que parecía ser un excelente regalo por el día del padre y le sirvió en bandeja la victoria a Fabián Yannantuoni. Lejos de rendirse, el arrecifeño siguió con la goma en llanta hasta cruzar la línea de sentencia.
El otro hecho transcurrió a 10. 870 km de las Termas de Río Hondo. En las 24 Horas de Le Mans, los representantes de la marca japonesa Buemi, Nakajima y Davison dominaban de manera arrolladora sobre la parte final en el circuito La Sarthe. La victoria estaba al caer, en los pits había aroma a hazaña ya que se cortaría la racha contundente de Audi, algo que igualmente sucedió. Cuando faltaban cinco minutos para que la carrera sea historia, el final de la película cambió. El auto líder ingresaba a marcha lenta a la recta principal después de liderar 366 giros y 28 paradas en boxes, regalándole el triunfo al Porsche número 2 de Romain Dumas, Marc Lieb y NeelJani. El paraíso se convertía en infierno para Toyota.
Todos estos casos dejan algunos puntos en común: Que ingresar primero en la última vuelta no es asegurarse la victoria, que siempre un imponderable puede pasar. Por eso, queda comprobado que “la carrera termina cuando se baja la bandera a cuadros”.