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Detienen a un campeón de automovilismo acusado de narcotráfico
Gabriel Pressavento, piloto del Rally Federal, fue detenido por la Policía Bonaerense en la misma propiedad de Ingeniero Maschwitz donde años atrás se descubrió un laboratorio para procesar efedrina.
El mundo del automovilismo tuvo una noticia que sorprendió a más de uno en las últimas horas, ya que Gabriel Pressavento, campeón del Rally Federal en la categoría R2F, cayó preso tras ser acusado de narco.
También Pressavento contaba con un prontuario que nadie le recordaba. Hace siete años, el Tribunal Oral Federal N°6 lo condenó por el delito de comercio de estupefacientes.
En esa oportunidad, quedó detenido con otros ocho cómplices que lo apodaban “Perico”, “Tony”, o “Compadre”, algunos de ellos de nacionalidad colombiana. Uno de ellos se destacaba del resto: era Fernando Marcelo Bravo, en ese entonces principal de la División Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal. El piloto no estaba lejos del rubro, ya que trabajaba como apoderado de una empresa de seguridad privada en ese entonces. También había sido policía. Pressavento llegó a cabo primero en la Federal, con un retiro obligatorio en 2012, según consignó Infobae.
A Pressavento y a Bravo, según la condena en su contra, les imputaron una jugada detectada en escuchas que databa de 2012, una mexicaneada para intentar robar con un falso operativo un supuesto lote de 500 kilos de cocaína, que se le robó a un hombre de nacionalidad colombiana y oculta dentro de maquinaria agrícola, en algún lugar de un conocido country de Tigre. Su defensa logró un buen resultado y al final, solo le dieron tres años en suspenso.
Luego, Pressavento volvió a su rutina, corrió con su auto, salió campeón, hasta este miércoles, donde la Dirección de Investigaciones de Delitos Federales bajo la Superintendencia de Investigaciones de Delitos Complejos y Crimen Organizado de la Policía Bonaerense lo detuvo en Flores con su pareja. Se llevaron sus trofeos de rally, incluso el del campeonato.
Otra vez, Pressavento caía por narco. Ahora, era acusado de vender droga al por mayor, ser el proveedor de dealers.
Lo habían caminado durante seis meses, escuchas telefónicas incluidas, una causa del Juzgado Federal N°2 de Morón con el magistrado Jorge Rodríguez, el secretario Ignacio Calvi y el fiscal Santiago Marquevich. Hubo otros cinco detenidos, las incautaciones clásicas, armas, vehículos, documentación, teléfonos. En la lista estaba incluida una quinta en Ingeniero Maschwitz que Pressavento había estado hace unos días. Allí se escondió, casi sin salir, un poco paranoico, poco después de que la Policía Federal encontrara una tonelada y media de cocaína en Rosario, con presunto destino a Dubai.
La quinta es una insignia de la historia narco argentina. Fue allanada en 2008, cuando se utilizó para montar un laboratorio de metanfetamina por el mexicano Jesús Martínez Espinoza, con oscuros vínculos al triple crimen de General Rodríguez. El casero le recordó la historia a la Bonaerense luego de que rompieron el portón con un ariete. Había poco más de 12 kilos de polvo en el sótano del lugar. No había relación con la vieja causa. Todo era una coincidencia.
