Motos
De las pasarelas a las pistas: La historia de Virginia Guidetti
El deporte es una fuente inagotable de historias de todo tipo. Muchas veces los protagonistas de los relatos superaron la adversidad y alcanzaron la gloria, pero también hay personajes que rompen con lógica. Este es el caso de Virginia Guidetti, quien antes recorrió las pasarelas y ahora se prepara para desfilar por las pistas del Superbike Argentino.
Guidetti dedicó una parte de su vida al modelaje y a lo largo de su carrera trabajó para firmas como Stella McCartney, Alberta Ferretti o Paul Smith. Sin embargo, desde hace más de una década le picó el bichito de la velocidad y tras prepararse durante un tiempo, este año hará su debut en la competitiva R3 Cup.
“Desde chiquita fui fanática del Moto GP, veía las carreras con mi viejo, pero pasaron muchos años hasta que empecé a andar en moto. Me dedicaba a otra cosa, trabajé de modelo muchos años en Buenos Aires y en el exterior. Cuando tenía 20 años, mi papá compró una moto, primero una Harley Davidson y luego una BMW K1300R. Con esta última surgió como un amor a primera vista y me llevaron a una clínica de conducción en el autódromo de Rosario. Ahí fue donde me di cuenta que esto me gustaba. Lo que más hice fue Track Days y girar con amigos, siempre con pocas expectativas, por el solo hecho de ir a pasarla bien. Pero siempre me dijeron si quería competir y me quedó en el fondo de la cabeza, aunque en ese momento no me animaba”, le contó la santafesina a Carburando.
Luego de varios kilómetros recorridos de forma recreativa, René Zanatta fue quien la terminó de impulsar para que se decida a correr. “Me compré una moto chica porque me di cuenta que con la BMW estaba como estancada en mi nivel y quería estar más a la par de mis amigos cuando íbamos a girar a Termas de Río Hondo. Me hice de una R3 y ahí empecé a pensar más seriamente la posibilidad de competir, ya que muchos equipos me incentivaban a hacerlo. En el último tiempo, René fue quien más me alentó y hace cosa de dos años, lo llamé y le dije que lo iba a intentar. Contando con su confianza, me animo a correr, pero también es para ver lo que pasa”, manifestó.
Además, la oriunda de San Lorenzo destacó que entre más pasa el tiempo, más seguridad tiene para encarar su estreno. “Obviamente estuve viendo en YouTube todas las carreras que pude y andan muy rápido. Hace cosa de dos meses, cuando todavía no caía en la realidad de lo que estaba por pasar, a la noche me desvelaba e imaginaba la largada y decía interiormente ‘¿Qué estoy haciendo? ¿Dónde me metí?’. Pero estando más cerca de la fecha, ya me siento más segura y con más ganas. Igualmente tengo un poco de miedo e incertidumbre, aunque tengo claro que la premisa es pasarla bien y ver donde estoy parada. Después veremos cómo encarar el resto del año”, puntualizó.
Más allá de los temores previos, “Guida” tiene clara su meta. “Apunto a terminar la carrera. Si llegará a pasar que me meto en el top diez sería una hermosura. Un buen resultado me incentivaría para el resto de la temporada, ya que el proyecto base es vivir la experiencia. Después analizaremos que puede pasar más adelante”, indicó.
Por último, Guidetti reconoce que su historia puede servir como envión para aquellos indecisos que todavía no se animaron a competir. “Mi chance puede ser un empujón para aquellas personas que no se animan todavía a correr. Yo comencé de grande y en una familia que no venimos del palo de la competición. Puede ser una buena posibilidad para fomentar el motociclismo en Argentina, ya que si somos más los que damos el paso adelante para competir se pueden generar cosas muy lindas, como la aparición de más escuelas de manejo o track days apuntados a los aficionados y principiantes”, aseguró.
“Esto lo hago por mí y no para gustarle a los demás o ser cómo los otros quieren que sea. Me metí en el motociclismo porque es algo que me salía de adentro. Los nervios antes de salir a desfilar son muy parecidos a los que sentí en las largadas de las carreras amateur que hice en Termas. Realmente, es una situación muy similar”, concluyó.
