Opinión
Y pensar que nosotros los criticamos...
Una experiencia única. De esas que todos los fanáticos del automovilismo alguna vez deberían cumplir.
Este miércoles se llevó a cabo el Sponsor Day de Renault en el autódromo de Buenos Aires y estuvieron presentes los principales pilotos del equipo con los autos del Súper TC2000 y del Turismo Carretera.
Mi tarea periodística me llevó a cubrir esta jornada de pruebas, aunque, de esas que los pilotos también disfrutan. En un principio, parecía un día normal con los motores sonando de fondo, los pilotos colocándose el casco y su vestimenta habitual, los mecánicos trabajando sobre los autos y el público presente sacándose fotos con sus ídolos.
Mientras tanto, yo seguía con mi tarea habitual: notas, charlas con colegas y pilotos, fotos y videos para las redes… hasta que uno de los organizadores del Sponsor Day me pregunta: “¿No vas a subir, Mati?”. Tardé unos segundos pero no dudé. “¿Se puede? Sí, más vale”, dije. “Dale, ponete el antiflama que ya te subís al auto de Turismo Carretera con Emi Spataro”, me respondió.
Mi semblante cambió por completo lo que hizo que me olvidara que estaba trabajando y comencé a disfrutar como uno más de los presentes. En mis casi 7 años dentro de Carburando nunca había tenido esta oportunidad y, ahora, la estaba por cumplir.
Ya con el buzo antiflama puesto uno de los mecánicos del auto de Spataro se me acercó y me dio un casco. Al instante, se acerca el Torino N°10 con Emi al volante y se para adelante mío. Era mi turno.
¿Viste cuando no sabés que hacer? Agarré mi celular y me pregunté: “¿Grabo o me dedido a disfrutar? ¿Podré hacer las dos cosas?”. Mientras me colocaban el cinturón de seguridad, un compañero de Carburando, Pablo Posteraro, capturaba imágenes de ese momento y de mi diálogo con Spataro.
El motor se encendió. La puerta se cerró. Lo miré a Emi y por dentro dije: “Tremendo lujazo me estoy dando”. Y todavía faltaba lo mejor. Porque el petiso salió a pista y no pude parar de mirarlo en todos sus movimientos. Mientras mi adrenalina era cada vez mayor, cada segundo que pasaba aparecía algo que me impresionaba: la potencia del auto hacía que en cada cambio de marcha mi cuerpo se moviese; la velocidad con la que el Torino agarraba cada curva me dejaba perplejo; lo cerca que le pasaba al paredón de la recta realmente me intimidaba; la concentración de Spataro en todo momento para hacer TODAS LAS VUELTAS IGUALES me deslumbraba. ¿Vos en tu casa sos consciente de eso? ¿Cuántas veces los criticamos? ¿Cuántas veces dijiste “cualquiera maneja un auto de carreras”?
Fueron sólo 4 vueltas pero te aseguro que fue un antes y un después. Estos tipos tienen un don muy especial y por algo compiten en un altísimo nivel. A partir de ahora, entiendo muchas cosas que antes no me cerraban.
Y pensar que nosotros los criticamos…
Acá les comparto el video:
