Opinión
Una carta para Urretavizcaya
En este día tan triste quiero despedirme de una persona muy especial.
Querido Tito: Me es sumamente dificultoso poder escribirte en este difícil momento. La triste noticia de tu fallecimiento me dejó shockeado.
Quiero decirte que tu partida de este mundo no me deja pensar, no me permite concentrarme y que mis manos están paralizadas frente a un teclado donde no puedo encontrar las letras para formar en palabras todo lo que siento.
Fuiste una de las primeras personas que conocí cuando me inicie en el periodismo de automovilismo y fuiste uno de los primeros en brindarme tu confianza y tu respeto. Desde un primer momento sentí que tenía tu apoyo y ese apoyo no solo era por lo cerca que vivíamos, y por lo simpático que te podía llegar a caer, sino por lo que vos eras. Un tipo simple y que pensaba en el otro.
Recuerdo la cantidad de veces que me dijiste “cuando vas a llegar a Carburando”. Desde que entablamos nuestra relación siempre hiciste fuerza para que yo logrará concretar mi sueño. Estuviste siempre atento para saber si hacía ese hueco que por suerte terminó apareciendo.
Como olvidar cuando me llamaste para decirme que me dirija urgente a las oficinas de Carburando porque estaban buscando periodistas. Fuiste mi hincha y te lo voy agradecer siempre.
Solo una vez anduve en auto de Turismo Carretera. ¿Te acordas quien me llevó? Fuiste vos. Fue en el Falcon del Correo Argentino. Dimos una docena de vueltas en el circuito 12 de Buenos Aires.También te quiero traer a la memoria que fueron muy pocos los giros que hiciste sin ir de cola con ese Ford. Por el susto que yo tenía te deje abollado el matafuego que estaba ubicado en los pies del acompañante.
Como no rememorar las cenas que hacíamos con Marcia y Walter en las carreras de TC, las charlas, las anécdotas y las historias que nos contabas de tus viajes. Podíamos estar horas riéndonos.
Quiero decirte, para no molestarte más, que podría estar escribiendo horas sobre vos, pero créeme que no puedo. Me resulta extremadamente complejo.
El 25 de abril del 2023 quedará grabado en mí como uno de las fechas más tristes. Sé que personalmente no estarás más entre nosotros, pero en mi corazón y en el de todos los amantes del automovilismo siempre lo estarás.
Querido Tito, no te voy a despedir. Solo te digo hasta pronto y gracias por todo.