Turismo Carretera
Un castigo severo
La desilusión fue tan grande, que cuesta tomar dimensión de la severidad de la sanción impuesta a Omar Martínez. A una infracción grave, le correspondió una medida disciplinaria dura. Probablemente menor a la que muchos esperaban. Leve a los efectos del alcance de semejante escándalo. Y para otros, justa teniendo en cuenta la reputación del protagonista.
Las cuatro carreras de suspensión que se le dieron al “Gurí” no es la sanción más dura que impuso la CAF en los últimos tiempos. Por ejemplo, no supera los cinco meses que se le dio a Néstor Girolami después del accidente que “provocó” en una de las series de Rafaela en julio de 2013, que sumado al mes que se tomó el órgano que imparte justicia para definir la medida, se elevó a 6 meses de castigo. Además, a Girolami nunca lo dejaron retornar al TC. Es cierto que un caso fue por técnica y otro por una maniobra deportiva. Pero vale para recordar los antecedentes más resonantes que debió resolver la CAF.
Quedó claro que los antecedentes le jugaron a favor a Martínez. Más allá de dos desclasificaciones por compresión (Paraná 2008 y Concordia 2016), otra por trocha (Balcarce ’99) y una exclusión por la falta de la marcha atrás (Paraná ’06), el entrerriano no tuvo grandes disgustos por faltas técnicas graves a lo largo de su extensa trayectoria. En cambio, el motorista Claudio Garófalo debió purgar una sanción de 6 meses de suspensión de la licencia y una multa de 150.000 pesos, también por un motor excedido en cilindrada el año pasado en la carrera que ganó su piloto de TC Pista Ramiro Galarza en Rafaela. Garófalo era reincidente.
Faltas reiteradas lo llevaron a Hugo Cuervo a recibir el castigo más importante hasta ahora expedido por la CAF, en los últimos tiempos. En junio de 2013, le dieron siete meses de suspensión para ejercer sus funciones en el equipo, más prohibición para asistir a los autódromos, además de una multa de 500.000 pesos, luego de conocerse un video donde el escribano manejaba el Ford de Mariano Werner (Cuervo asegura que era un show car) por los caminos de su ciudad, Lincoln. Por este caso, los pilotos del equipo Werner, Mauro Giallombardo y Juan Bautista De Benedictis fueron sancionados con el castigo de largar último en las series durante cuatro fechas. Anteriormente, el director del Lincoln Sport Group había sido sancionado por los famosos aros de pistón antirreglamentarios usados en el motor del Ford de Diego Aventín, y años más tarde fue penado también por encontrarse una pieza de plomo abulonada debajo del tanque de nafta del auto de Gabriel Ponce de León.
Otra medida de las más severas fue la que le impusieron a Christian Dose en el 2010. Luego de haberse detectado un exceso en los valores de la compresión del motor Chevrolet en la competencia de Rafaela de aquel año, el piloto fue suspendido por tres fechas sin el derecho a la apelación. La misma cantidad de fechas recibió Marcos Di Palma, después de la gresca protagonizada con Norberto Fontana en los boxes del circuito de Interlagos, después de un incidente en pista durante la carrera del Top Race, en San Pablo, Brasil. La ACTC fiscalizaba por entonces esa categoría y la CAF actuó sobre el episodio.
Una situación aun sin resolver por la CAF y que va rumbo a instalarse entre los castigos más duros, es el que involucra a Luciano Ventricelli y Gastón Crusitta. Ambos se agarraron a golpes de puño después de la competencia del TC Pista del año pasado, en San Luis, y todavía les pesa una suspensión provisoria a ambos. Ya pasaron siete meses y por el momento no se ha conocido la sanción.
Correcta, exagerada o generosa, la suspensión de cuatro competencias que recibió el “Gurí” Martínez es una de las sanciones más duras otorgada por el órgano que imparte justicia en la ACTC.