Opinión
No hemos aprendido nada
El Dakar arrancó con el pie izquierdo. El primer accidente, de los muchos que se pueden dar, se dio temprano y en el prólogo de la competencia en cercanías de la ciudad de Arrecifes donde una multitud los esperaba. Lamentablemente el despiste del Mini Cooper conducido por la China Gou Mailing terminó impactando contra el público, dejando varios heridos entre ellos algunos de gravedad. Pasó, pasa y pasará si la gente no toma consciencia de la peligrosidad de este tipo de carreras. Querer estar cerca es muy peligroso y la decisión la tiene uno.
Cuando digo en el inicio de la nota que se pueden dar muchos accidentes no es por pesimista, sino porque es la realidad que nos marca en primer lugar este tipo de competencias, y en segundo por gran falta de respeto de la gente que quiere ubicarse en lugares no permitidos, y sigue jugando entre la vida y la muerte solo por ver un auto lo más cerca posible.
El Dakar es una carrera para disfrutar, pero también para respetar. La organización debe estar atenta al 100 %, pero el público es quien tiene que colaborar, porque si no lo hace significa que con el correr de las ediciones no hemos aprendido nada.