En Salta se entrenaron juntos con miras a la gran aventura, que finalizará el 20 de enero en Córdoba. “Aprendo mucho de Kevin, porque tiene un nivel muy alto, es uno de los candidatos a ganar el Dar. Y también me reta. Más cuando comete un error, me lo transmite a mi para que yo no lo haga”, comenta Luciano.
En tanto, Kevin, más experimentado y dentro de la estructura oficial de la marca japonesa, argumenta: “Luciano tiene contrato con KTM. Es muy joven y siempre le digo que tenga paciencia, que tiene mucho por delante. En las carreras que compartí con él, como en la Ruta 40 o en Marruecos, uno a veces pasa jugado por algunos lugares y por supuesto que me preocupo por mi hermano, por si pasó bien o no”.
Sobre la rivalidad de las marcas, Kevin aporta: “Estamos en las dos marcas más importantes que compiten en este Dakar. Sabemos que debemos mantener un cierto nivel de confidencialidad. Ellos saben que compartimos entrenamientos y que estamos juntos, pero a la vez somos profesionales y que cada uno mantiene sus datos propios”.
“KTM desarrolló una nueva moto para el Dakar –indica Kevin–. La Honda es más tecnológica, con mayor desarrollo. Los chasis son distintos, los materiales diferentes, la ubicación del motor también difiere. Honda trabajó mucho en la durabilidad..
En tanto, Luciano agrega: “Yo sé que tengo una gran oportunidad al correr para KTM. Por eso mantengo el profesionalismo, más allá de ser hermanos. La nueva KTM es mucho más veloz y más segura. Me siento muy cómodo y siento que puedo ir al 100%”.