Opinión
Llaver está agazapado
Bernardo Llaver sigue cumpliendo un rol preponderante en el equipo Chevrolet. Cuenta con un auto para ganar pero en el Team la prioridad la tiene su compañero.
El rival más competitivo y que le puede ganar a Agustín Canapino no lo puede hacer. Se llama Bernardo Llaver. El mendocino, luego de ver los tres primeros capítulos, cuenta con la herramienta que cualquier piloto quisiera tener para luchar por una final de TC 2000. Su Chevrolet funciona tan bien como lo hace el de Agustín. Ambos Cruze están para ganar en cualquier circuito. De hecho Llaver lo podría haber hecho en la segunda fecha, disputada en Bahía Blanca, y mucho más en la última disputada en el autódromo de Concordia. Pero las cosas están más que claras. En Chevolet el piloto Nº 1 es Agustín Canapino. No hay lugar para la discusión. Guste o no las reglas en la estructura están más que claras.
La decisión por parte del Team está tomada desde que el arrecifeño hizo pie ahí y eso Llaver lo sabe. ¿Por qué entonces Berni se enfurece cuando debe entregar la posición? Porque tiene sangre y porque es un deportista; y todo deportista quiere ganar. Es entendible y lógico que tenga reacciones más allá de entender más que nadie lo del juego de equipo. No cualquiera aceptaría el rol que cumple el de San Martín. Hay que reconocer que ese lugar se lo ganó, y muy bien, por trabajar para un conjunto y para un piloto en particular. No debe demostrarle nada a nadie. Está para ganar pero no se lo permiten. Cuenta con un Chevrolet de alto nivel y espera su momento. Si Canapino tropieza, Bernardo Llaver está agazapado y preparado para ocupar el primer escalón del podio.