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Las automotrices que cambiaron el nombre de los modelos
Más allá de la sbondades mecánicas, de potencia, confort, seguridad y precio, las automotrices realizan un minucioso estudio de mercado para lanzar los productos con nombres que tengan una seducción especial para los potenciales clientes.
Pero, se sabe, hay palabras que tienen un significado en alguna región y en otras, puede resutar todo lo contrario. Es por ello que en la Argentina varios modelos fueron sustituidos con otros nombres, ya que las acepciones eran inapropiadas.
Los dobles sentidos y las temáticas sexuales son los principales generadores de cambios en los nombres de los autos. Hace algunas horas Volkswagen lanzó en China una nueva marca: Jetta. Ese nombre corresponde a un sedán por demás exitoso mundialmente, a tal punto que ahora pasó a convertirse con identidad propia dentro del mercado chino.
En la Argentina, como la pronunciación es “yeta”, y en el lunfardo se asimila a la mala suerte, el nombre cambió por el de "Bora" y luego “Vento”. Pero no es el único caso en el país.
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Quizás uno de los modelos más emblemáticos de la historia de la industria nacional fue uno de los primeros en sufrir este tipo de transformaciones. Y está emparentado con los autos deportivos y, fundamentalmente, con el Turismo Carretera: Chevrolet.
La famosa Chevy, que fue un suceso hace casi medio siglo y que se perpetuó como emblema de la marca en el ámbito deportivo nacional de la mano del TC, originalmente se denominaba “Nova”. Como el nombre se lo relacionaba con un producto que “no iba”, se optó por la sustitución de la tradicional “Chevy”.
Un vehículo emblemático por sus prestaciones y también por su exitoso paso comercial es el Mitsubishi “Pajero”. Casualmente el nombre fue elegido en alusión a una pantera sudamericana, que se encuentra en los pajonales. Debido a su connotación, fue reemplazada por “Montero”.
Hay más ejemplos de vehículos que no se comercializaron en la Argentina, pero que también fueron objetados por sus nombres en otras regiones. Nissan lanzó en Japón el “Moco”, un vehículo muy chico, que en Europa fue conocido como el “Cubo”.
También en Japón, y luego en los Estados Unidos, se vendió el Mazda “Laputa”, en alusión a una isla de las Aventuras de Gulliver. En la India, Tata Motors lanzó un vehículo denominado “Zica”. Al poco tiempo la Organización Mundial de la Salud realizó una campaña para combatir el virus trasnmitido por el mosquito, zika, y la automotriz decidió cambiar el nombre.
Hyundai, en 1988, lanzó la versión cupé del modelo Excel. Por el estilo deportivo del modelo, lo denominaron “Scoupe”. En los países hispanoparlantes de le decía “escupe”, por lo que fue renombrado Hyunday Coupe.
En 1969, en el Salón de Turín, Lancia presentó el “Marica”, que finalmente tuvo más repercusión por su nombre que por las bondades del vehículo. En tanto, Toyota mantiene el nombre de “Isis” para la minivan de 7 plazas. Si bien a nivel mundial el nombre se asemeja al grupo terrorista islámico, mantiene su vigencia.
Con otras lenguas también sucedieron hechos similares. En Suecia, por ejemplo, el Fiat Regatta se asociaba a las mujeres infieles y en Francia Toyota cambio el “MR2” (fonéticamente sonaba a “merde”) simplemente por “MR”.