Opinión
Turismo Carretera
La caída del imperio
“El JP dejará de existir a fin de año”, la frase del propio Gustavo Lema impactó y sorprendió el fin de semana en Concepción del Uruguay, y probablemente el desenlace se produzca antes de lo pensado si la familia Gentile, propietaria del equipo de TC, llega a un acuerdo con los Urcera padre e hijo para venderles la sociedad y sus activos.
De terminarse la historia del “glorioso JP” (como sus propios integrantes lo apodaron) desaparecería el equipo más exitoso del Turismo Carretera moderno (tres títulos en TC y tres en TC Mouras). La estructura más ostentosa, la del poderío económico, la de los mejores pilotos, la de los ingenieros más prestigiosos, la de los numerosos autos, la de la escudería oficial Chevrolet en TC2000 y STC2000, la del modernísimo complejo deportivo afincado en Banfield, la de los lujosos lanzamientos de temporadas, la de las grandes polémicas y grandes conquistas. El equipo siempre políticamente correcto que resurgió de las cenizas y que hoy vuelve a amagar con la desaparición.
¿Qué pasó? El JP Racing no volvió a ser nunca más aquel equipo indestructible luego de un confuso episodio que involucró a Diego Aventín y Gustavo Lema -por entonces piloto y director de la escudería, respectivamente-, en 2012. El equipo debió abandonar la categoría y solo retornó tiempo más tarde. Ya estaba bajo la conducción de Pedro Gentile, piloto e hijo de quien fundara el equipo junto a José Pereyra en 2003.
En el ámbito deportivo, el JP Racing volvió rápidamente al protagonismo de la mano de Guillermo Ortelli. Aunque en el último tiempo, la dificultosa administración económica y financiera habría puesto en jaque la continuidad del imperio. El monstruoso complejo tecnológico y deportivo de Banfield fue pensado y construido para el JP Racing de aquellos tiempos, e inaugurado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en abril de 2010.
Era el símbolo de los últimos años dorados de nuestro automovilismo. En los próximos días, el mismo establecimiento se convertirá en un depósito para insumos eléctricos de la empresa Jeluz, propiedad de los Gentile. Mientras que el equipo se trasladará a un taller que se está construyendo en el Parque Industrial de Canning y que deberá estar terminado en dos meses.
Aun no se sabe si los nuevos propietarios serán los Urcera. Tampoco si el equipo se seguirá llamando JP Racing. Gustavo Lema será el director del nuevo proyecto. La estructura continuará con tres autos. Ortelli y José Manuel Urcera seguirán siendo sus pilotos, mientras que es incierto el futuro de Pedro Gentile (h) quien ya se ausentó en la última fecha de TC. Lo que es cierto es que el JP Racing ya no volverá a ser lo mismo, porque el formato del negocio cambió y ya no hay lugar para las megas estructuras.
La desaparición del JP Racing significará la caída del imperio. Todo un símbolo del automovilismo de estos tiempos.