Turismo Carretera
Ganó dos finales en el TC y hasta fue acompañante de Mouras
Como todo piloto del automovilismo argentino, Carlos Garrido quería llegar al Turismo Carretera. Luego de haber pasado por la actividad zonal ese día llegó. Desde que se inició en la categoría y hasta el día que se retiró lo hizo con un Chevrolet. En su historial cuenta con dos triunfos que lo logró en el autódromo porteño. En dialogo con Carburando, el de Mar del Plata contó parte de su historia.
Su llegada al TC
“Yo llegué al TC después de haber pasado por el TC del Sudeste donde salí campeón en tres oportunidades. Lo hice con un Chevrolet porque toda la vida fui hincha y porque antes, en un alto porcentaje, se elegía la marca de la cual uno era hincha. Me acuerdo que compramos una Chevy de calle y la construimos en Balcarce con Jorge Raimonte. Una vez construida debutamos en el autódromo de Buenos Aires donde terminé en el puesto 12. Esa fecha la ganó Emilio Satriano pero para nosotros haber terminado en esa posición también había sido un triunfo”.
La primera vuelta en el circuito 12, con Mouras
“Por intermedio de un amigo logré que Roberto Mouras me llevara de acompañante. Fue antes de que yo haga la prueba de suficiencia. Fue en el circuito 12 de Buenos Aires donde giré por primera vez con un TC. Cuando vi lo que hacía Roberto arriba del auto, todo fácil, me dije esto es pan comido. Después vino la realidad, yo al volante, y ahí se me apagaron todas las luces”.
Acompañó al Toro un par de carreras
“Lo acompañe en dos finales. Una en Buenos Aires y otra en 9 de Julio. Yo había volcado mi auto y había quedado muy dañado. Se lo llevamos al Gallego Fernández para que lo haga nuevo y mientras esperábamos que se termine fui con Mouras en la butaca derecha”.
Cuando Mouras le probó el auto en la ruta
“Una vez fuimos a la ruta, en Lujan, para hacer una tirada ya que nos estábamos preparando para ir a correr a Lobos. Cuando hago las primeras tiradas paro y Mouras me pregunta cuánto tiempo hacía. Le dije el registro y me contesta que no podía ser. Me pide el Chevrolet, hace su tirada, y cuando regresa recuerdo que me dijo “este auto está para ganar el domingo”. Fuimos a la carrera y hago mi primer podio. Terminé tercero”.
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De la tranquilidad al sacrificio
“Yo tuve la suerte, gracias a Diego Ibañez, de tener sponsor que me acompañaban. Después eso se terminó y comenzó el sacrificio. Recuerdo que una vez tenía que levantar deudas y tuve que vender mi W.Polo diésel que tenía. Era 0K”.
Buenos Aires, el elegido
“Tuve la suerte de ganar mis dos carreras de TC en Buenos Aires. Era un circuito que me encantaba. No se los motivos porque los desconozco pero yo ponía el auto ahí y funcionaba de maravillas. De las dos carreras que gané debería elegir la primera por ser la del debut triunfal, pero la que disfruté fue la segunda que definí con Patita Minervino. En la primera tenía un miedo que no sabía dónde estaba parado. Esa final la venía ganando desde un primer momento y me sacan un Pace Car. Cuando se reanuda, faltando dos vueltas, fue tremendo. Temblaba, pero la gané”.
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La rivalidad marplatense
“Con Juan Manuel Landa éramos muy buenos amigos pero había rivalidad. Nos respetábamos, compartíamos cosas fuera del auto de carrera, pero cada uno quería ser el mejor de Mar del Plata. En el caso de Juan le tocó una época dorada con los hermanos Bozzone. En la actualidad nos llevamos muy bien”.
El auto 0k que duró menos de dos carreras
“Tulio Crespi me hizo un Chevrolet nuevo y me duró menos de dos finales. Primero fuimos a Balcarce donde termino sexto y después fuimos a Rafaela donde me lo destrozaron. Mi auto se paró y quedo detenido en la chicana uno en la parte de arriba. Cuando con mi acompañante no estábamos bajando se pasó de largo el “Negro” Duarte y nos llevó puesto. No sirvió más. Ahí me rompí dos costillas y el brazo. A mi acompañante también lo dañó bastante”.
La otra piña
“También fue en Rafaela. Ese día habíamos hecho el mejor tiempo en la primera tanda y quisimos corregir algunas cosas para la tanda siguiente. Cuando intentamos la segunda vuelta rápida en la chicana tres se descalza y le di de lleno a la pared. Ese auto tampoco sirvió más”.
El toque con el Vasco Oyhanart
“Fue en una carrera de Balcarce. Yo largaba desde la tercera fila y creo que el Vasco en la cuarta. En la primera vuelta me llevó puesto y le hice seña que frene que recién arrancaba la final. Luego en la curva dos, arriba, nos ponemos a la par y los neumáticos se enganchan. Cuando se desprenden, el auto de él salió para abajo y cayó arriba de la casilla rodante de Luís Miraldi”.
Suspendido por testigos
“Por el toque con el Vasco me suspenden dos fechas aunque no había sido culpa mía lo ocurrido. En ese momento no había ninguna cámara filmando y el auto no tenía marcas porque se habían tocados las gomas. Los comisarios lo miraron pero no encontraron nada. Luego en la semana aparece un video de un espectador, que estaba arriba de la sierra, y lo ponen en el programa Autorama. Con eso me condenaron, me dieron dos fechas”.
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El retiro
“Fue por una cuestión económica. Ya estaba complicado. En ese momento cometí un error que fue vender rápidamente el auto. Si hubiese esperado tal vez me hubiese mandado un par de carreras más. Yo me baje a fines del 2000 y cuando comenzó la temporada siguiente la carrera no la quise escuchar. Me fui a caminar por la costa de Mar del Plata porque no podía entender que luego de 15 años, casi ininterrumpidos, no estaba corriendo. Estaba desesperado. Después con el pasar del tiempo se me fue pasando”.
Su paso por el TC
“El TC para mí fue todo. Es la categoría que todo piloto quiere correr. Fue un privilegio haber corrido y haber ganado ahí”.