TC2000
“Fue un error, no fue un perro”
Todo pareciera indicar que pasó la tormenta –una más- para el escribano Hugo Cuervo, quien a una semana de la confirmación de la exclusión de la carrera de Rafaela y a pocas horas de subirse al avión para viajar a Estados Unidos a buscar tecnología para sus Ford Focus, se prestó para una extensa charla con carburando.com en la que confirmó su continuidad en el STC 2000, destacó el respaldo de la categoría y sus rivales, asumió el error -aunque sostuvo que la sanción fue injusta- y no gambeteó el tema de su polémico historial con las infracciones a los reglamentos técnicos. Imperdible entrevista con el siempre controvertido director del Lincoln Sport Group...
-¿Cómo viviste esos días de incertidumbre?
-Principalmente respaldado… Me llamó el 90 por ciento de los ingenieros de la categoría para decirme que me quedara tranquilo que estaba claro que no había querido sacar ventaja. Y fue así: fue un error, no fue un perro. Pero sobretodo, estoy gratamente sorprendido con (Pablo) Peón. Yo estaba acostumbrado al maltrato en otras categorías y Pablo me demostró ser lejos el mejor dirigente del automovilismo argentino, por capacidad, manejo, conocimiento y nivel intelectual. Recibí un gran apoyo de él y de la categoría. Tiene las cosas muy claras y él me respaldó en la apelación ante la CDA del ACA.
-Habías dicho en Rafaela que si te excluían te retirabas del automovilismo. Te excluyeron… ¿Y ahora?
-Voy a seguir porque pude sacar fuerzas de las flaquezas. Sería muy desprolijo dejar colgado a los pilotos a mitad de año y dejar sin trabajo a casi 15 personas. Pero más allá de eso, por el respaldo que recibí de parte de la categoría. Fue emocionante para mí, porque soy nuevo en el STC 2000 y porque mi pasado pesa.
-¿Por qué el auto estaba fuera de reglamento?
-Me revisaron 18 ítems del auto. Me lo dieron vuelta en la técnica. Inspeccionaron el puente trasero, parrillas de suspensión, midieron las trochas, distancia entre ejes, desarmaron los amortiguadores, midieron el orificio del pontón para los escapes, alturas del piso, todo… Todo! Tres horas y media estuvieron revisando el Focus de Werner. Y lo único que estaba mal era la altura del alerón. Pero los soportes estaban bien. El problema fue la incidencia del alerón. Es más, el de (Manuel) Mallo estaba perfectamente.
-¿Qué pasó entonces?
-Fue un error de los ingenieros del equipo y ellos lo asumieron. Obviamente yo no voy a estar detrás de esos detalles de puesta a punto. Pero pongo la cara y me hago responsable porque soy el director del equipo. Como debe ser y como lo hice siempre.
-Si reconocés el error, ¿por qué apelaste?
-Apelé porque me respalda el artículo 53 del RDA (Reglamento Deportivo Automovilístico), donde se establecen distintas escalas de sanción según la falta cometida y que van desde un apercibimiento hasta la exclusión total del evento. En nuestro caso fue exclusión parcial, la segunda en gravedad, y me parece injusta. Exagerada. Por ejemplo, no es lo mismo que te falten 5 kilos que 50. A (Agustín) Canapino lo pusieron detrás de (Néstor) Girolami por el toque… no lo excluyeron. A eso me refiero.
-¿Por qué creés que la CDA no dio lugar a tu apelación?
-Para la CDA es blanco o negro. Para ellos o está bien o está mal. No hay puntos intermedios. Deben actualizarse. Todavía están atrasados en algunas cosas. Antes ellos sancionaban con 20 ó 30 segundos de recargo. A veces esa sanción era excesiva. Pero no tenían un castigo menor en su escala. Hasta que hace un par de años atrás incorporaron la alternativa de poner al piloto infractor detrás del perjudicado. Como sucedió ahora con Canapino y Girolami. Eso es justo. Y es lo mismo que pedía yo para mi sanción. Que impusieran una penalización acorde a la falta. Pero bueno… Yo soy un equipo particular y no tengo tanta fuerza. Me gustaría saber si hubiesen excluido por lo mismo a un auto oficial.
-¿Te considerás un justo ganador en Rafaela?
-A muchos les debe molestar que yo en cuatro fechas esté peleando las carreras, con un presupuesto cinco veces menor que el de los equipos oficiales. Hay gente que hace muchos años trabaja en la categoría desarrollando estos autos. Nosotros ganamos justamente en Rafaela. Estuvimos en el lugar y momento indicados. Se tocaron los de adelante y lo aprovechamos. Sino estábamos para subir al podio igual. Y lo vamos a demostrar rápidamente, porque seguiremos peleando arriba. De acá a fin de año avanzaremos mucho más que los equipos oficiales.
-¿Cómo convivís con tu fama de “perrero”?
-Las veces que un auto mío no superó la verificación técnica me hice cargo. Aunque no tuviera nada que ver. Cuando fue el problema de los aros de pistón del motor de Diego Aventín, asumí la responsabilidad, cuando el único responsable era el motorista. Cuando me echaron porque tenía los plomos debajo del tanque de nafta, muchos chasistas reconocieron que también los colocaban en el mismo lugar. La realidad fue que me fueron a buscar directamente a mí. Me dicen perrero, pero yo desde el año ´80 estoy en el automovilismo, gané más de 100 carreras y 6 campeonatos argentinos, y mis autos pasaron por la revisión técnica casi todos los fines de semana. Y eso nadie lo cuenta. Me tiene sin cuidado lo que digan.
-¿Creés que esta exclusión te puede perjudicar en las aspiraciones de ser equipo oficial?
-No es la primera vez que en esta categoría excluyen a un auto por técnica. Acá echaron a Berta. Y por algo más grave, porque el alerón en sí tenía otras dimensiones a las que especificaba el reglamento. Y era Berta… equipo oficial Ford. De todas maneras, cuando me excluyeron pensé inmediatamente en que me podía perjudicar frente a las marcas. Pero la realidad es que muy pocos equipos en el automovilismo argentino le pueden dar a una terminal la capacidad técnica que tiene el Lincoln Sport Group. En definitiva, será lo que tenga que ser. Es sencillo: si no soy equipo oficial en el 2016 me iré de la categoría, porque es imposible sostenerse económicamente.
-¿Tuviste alguna tratativa con terminales?
-Este año habrá novedades antes que en años anteriores. En agosto se comenzará a definir el futuro de los equipos y pilotos para la próxima temporada. Soy optimista y creo que puedo tener la representación oficial de una marca el año que viene. Hay algunas opciones dando vuelta.
-¿Cómo quedó la relación con Mariano Werner después de vivir juntos una nueva exclusión por técnica?
-La relación con Werner es muy buena. El viernes pasado trajo a Lincoln dos bogas para hacer a la parrilla y comimos todos juntos con los mecánicos del equipo, para transmitir tranquilidad y de alguna manera celebrar que en tan poco tiempo logramos un gran nivel. Ya estamos casi a la par de Peugeot, mejor que otras marcas, y un pasito detrás de Fiat que por el momento está un escalón arriba que el resto.
-Pero se decía que estaba molesto con vos, porque es la segunda vez que lo excluyen con un auto tuyo…
-Nunca me manifestó su malestar. Para él es muy importante pelear adelante con un equipo privado, porque realza su calidad. Además, si no corría con nosotros se quedaba afuera del STC 2000 esta temporada. Y cuando quedás afuera del sistema es muy difícil volver a entrar. Como le pasó a Ortelli, Ponce de León, Risatti y tantos otros…
-¿Cuánto tiene que ver Werner en el desarrollo del auto?
-Trabajé con unos veinte pilotos a lo largo de tantos años. Y la mayoría, pilotos de gran nivel. Werner es quizás el más completo de todos. Es un excelente tester y muy inteligente en pista. Sabe cuándo esconder y cuándo hacer la vuelta rápida. Y es un gran corredor de carreras. Fue fundamental en el desarrollo del Focus y gracias a él logramos rápidamente ser competitivos. Se nos escapó en Termas de Río Hondo por poco y en Rafaela peleamos por el podio con claridad.
-¿Cómo sigue todo a partir de ahora?
-Con más fuerzas que nunca. Los sponsors me respaldaron instantáneamente, incluso me adelantaron el pago de acá hasta fin de año para garantizar la continuidad. En las próximas horas viajaré a Estados Unidos para traer elementos nuevos para los autos y de esta manera seguir evolucionando al mismo ritmo que lo venimos haciendo.