“Atravesás el río Ascochinga, te encontrarás con una cantera, doblás a la derecha. Seguí el camino que te marcan los juncos. Lo vas a encontrar. ¿Puente? Nooo. El río lo tenés que cruzar directo. No tengas miedo, el auto va a poder atravesarlo. Dale para adelante”, fue la recomendación de un lugareño, a quien se le pidió la última referencia para llegar a una pista natural de motocross, cerca de Jesús María, en Córdoba.
En el medio de la nada, como todo lo que está relacionado con el Dakar, estaban los hermanos Benavídes. Kevin, el que brilló este año en Arabia Saudita al ganar el último Dakar. Y su hermano, Luciano. Ellos eran dos más entre un grupito de pilotos que se sometían a las indicaciones del entrenador Augusto “Chino” Freytes, el ex campeón de moto y actual coach de los hermanos salteños de Leandro “Tati” Mercado y tantos otros pilotos.
Era la primera entrevista que daba Kevin Benavídes con sus nuevos colores. Los de KTM y Red Bull, su flamante equipo, tras protagonizar el pase del año dentro del mundo Dakar y luego de consagrarse de la mano de Honda.