Opinión
El profesor, los alumnos y el robot
Mucho se habló del campeonato obtenido por Agustín Canapino en el Turismo Carretera. Sabemos y está demostrado, por su rico historial, todo lo que puede entregar “la máquina de Arrecifes”. Está claro que todo lo ganado no lo hizo solo. Está bien rodeado. Primero debemos arrancar con el Profesor de la estructura. Hablamos de su papá Alberto. Es el alma mater del Team. Es el que piensa, el que analiza, el que estudia y el que vive poniendo toda su vida en mejorar un auto de competición. No por casualidad ganó 11 campeonatos de TC con diferentes protagonistas. Si hay una palabra que no se le puede discutir a Alberto es Pasión. Con ella transita los caminos de este deporte con un solo objetivo. Ganar.
A diferencia de otras definiciones la del domingo pasado fue totalmente diferente para el chasista exitoso. No pudo estar en el lugar de los hechos. Es más, no estuvo por estar suspendido por la ACTC, en ninguna fecha de la Copa de Oro. Ese golpe no lo dobló. Todo lo contrario. Lo potenció. Sentado en el living de su casa, vía online, fue trabajando a la par de sus dirigidos. Es increíble pero fue real.
Pero no todo termina acá. Para que un profesor logre obtener buenos resultados, el alumnado debe aprender, interpretar e ir a la par de quien incorpora conocimientos y si hay algo que lo deja tranquilo a Canapino es que sabe que esos alumnos están. Uno de ellos es Guillermo Cruzzetti. Asumió la enorme responsabilidad de ser el nexo entre quienes estaban en el autódromo y el hombre que estaba sentado en su casa pensando. Cruzzetti es sinónimo de Canapino. Los conoce porque con ellos fue creciendo en esta actividad. Su tarea fue impecable y no le pesó. Un párrafo aparte merecen sus mecánicos. La dedicación que le ponen a ese Chevrolet es incansable. Son parte de la familia.
Dicen que el talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos y el Canapino Sport parece tener grabada dicha frase. Una vez más mostraron todo el potencial y lo hicieron en forma conjunta. Tienen el tridente perfecto. El profesor, los alumnos y el robot.