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El Porsche 911 RSR, una bestia en Le Mans y en la calle
Junto con el Porsche 919 Hybrid, el 911 RSR es uno de los Porsche más poderosos de entre los que la marca alemana de Stuttgart jamás ha fabricado, especialmente en el mundo de los GT. Debutó a finales de la temporada 2016 del FIA WEC, en el trazado de Bahréin, donde pudo hacer gala de su jugada remodelación. Con casi todos los rivales usando tecnología turbo en sus motores de disposición central, Porsche se veía un claro hándicap con su motor atmosférico trasero del anterior 911 RSR. Para la nueva versión, basada en el Porsche 996, el proyecto comenzó desde cero, adoptando la disposición central del motor. Sin embargo, este aun continuó siendo atmosférico. ¿Por qué? El motor central permite un mejor reparto de pesos y por tanto menor desgaste. Sin embargo, recurrir al turbocompresor habría supuesto una desventaja en cuanto a peso.
El Porsche 911 RSR cuenta con el motor atmosférico bóxer de seis cilindros derivado del 911 GT3 que, gracias a sus cuatro válvulas por cilindro y a la inyección directa, alcanza una potencia máxima de 510 CV. Aunque la potencia final varía según el restrictor de aire junto con el Balance of Performance -BoP-.
En cuanto a la caja de cambios, monta una secuencial de seis velocidades situada tras el motor, la cual es manejada por el piloto gracias a unas levas situadas en el volante.Gracias a la nueva disposición central del grupo motopropulsor, se ha conseguido incorporar un enorme difusor trasero, lo cual es primordial para aumentar el downforce, que además es generado también por un enorme alerón trasero.
La carrocería ha sido revisada completamente, adoptando un exagerado ensanchamiento que cuenta con diversos apéndices aerodinámicos. En el interior, cuenta con jaula antivuelco y sistema de detección por radar ‘Collision Avoid System’, el cual rastrea los rivales que llegan por detrás y una pantalla se encarga, a modo de retrovisor, de indicar mediante flechas por donde va a ser superado. El 911 RSR cuenta con una suspensión formada por brazos oscilantes dobles, muelles dobles sobre amortiguadores y barras estabilizadoras delantera y trasera. En cuanto a la frenada, queda asegurada gracias al uso de discos de freno ventilados de 390 mm en las ruedas del eje delantero y 355 mm en las del trasero, con pinzas de freno de seis pistones delante y cuatro detrás. En total, 1.243 kilogramos para un motor de 510 CV, lo que deja una relación de 0,4 CV/Kg.
Un verdadero monstruo de potencia, que no solamente puede disfrutarse en las pistas, sino también en rutas y ciudades.