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El Ford GT, un súper deportivo de calle y de pista
No le fue bien en Le Mans, en su pelea directa con los Porsche y Corvette, pero igual tuvieron protagonismo y se llevaron muchas miradas por su espectacular diseño y sobrada potencia Heredero de una gran tradición en competición, el nuevo Ford GT, normal, de calle, puede considerarse como el deportivo más avanzado hasta la fecha producido por la marca americana. Si bien en la primera generación lanzada al mercado en 2003 ya era un auto con unas grandes prestaciones y una estética inspirada en el mítico Ford GT40 de los sesenta, el nuevo Ford GT va un paso más allá por concepción y tecnología.
Fue creado desde una hoja en blanco con un único objetivo: lograr la victoria en Le Mans medio siglo después. Lo que le distingue de su antecesor es que el nuevo Ford GT ha sido desarrollado a la vez que la variante de competición, un proceso que ha permitido transferir soluciones muy innovadoras desde el primer momento. El equipo a cargo del proyecto, formado por expertos de Ford Performance, el equipo Chip Ganassi Racing e ingenieros de Multimatic, trazó una hoja de ruta en la que existían tres conceptos fundamentales para concebir un vehículo ganador desde el inicio: diseño aerodinámico, peso reducido y tecnología Ecoboost.
El Ford GT llama la atención por su estampa de superdeportivo. Bajo, ancho y agresivo, sin embargo, tras un examen más cuidadoso, hay algo más. El habitáculo no está unido a las aletas traseras, sino que deja espacio para canalizar el aire y lograr una aerodinámica muy eficiente. Todo ello se ha conseguido gracias a cientos de horas de desarrollo en un túnel de viento.
Es sólo una de las geniales ideas de Ford, a las que se suma la aerodinámica activa gracias a un alerón posterior móvil, su estilizada carrocería en forma de cuña o la posibilidad de reducir la altura en 50 milímetros para mejorar las prestaciones según las características del circuito o ruta. Todo ello lo han logrado con un diseño espectacular sin grandes alerones o añadidos que roben protagonismo al concepto original. La parte de atrás es quizás lo más llamativo del conjunto, con dos grupos de ópticas que por la parte central sirven de salida de aire –la función por encima de la forma una vez más- junto a los intimidantes escapes traseros.
CORAZON POTENTE
El corazón del Ford GT es otra de las grandes novedades. En posición central trasera se encuentra la última joya de la tecnología Ecoboost. Un motor 3.5 V6 biturbo que envía 640 caballos a las ruedas posteriores y asociado a una caja de cambios transaxle de doble embrague y 7 velocidades. Ford siempre ha sido sinónimo de motor V8, pero en esta ocasión la competición manda por lo que se ha optado por un seis cilindros menos gastador –importantísimo para lograr un ahorro de combustible clave en pruebas de resistencia-, más ligero y con una entrega de potencia que lo haga fácil de conducir tanto para el piloto como para el aficionado. Frente al antiguo 5.4 V8 con compresor sale ganando en cifras ya que rinde casi 100 caballos más que su predecesor.
Los componentes que se acoplan al chasis de carbono son igualmente avanzados para lograr el máximo rendimiento posible. El esquema de la suspensión no tiene configuraciones tradicionales y emplea una de tipo push-rod similar a la utilizada en la Fórmula 1 y en la que los amortiguadores se sitúan horizontalmente en vez de en posición vertical. Los frenos son carbocerámicos firmados por Brembo, son más ligeros y resisten mejor las altas temperaturas que los tradicionales de acero.
Tras levantar las puertas del biplaza americano, accedemos al minimalista interior en el que la fibra de carbono sigue siendo protagonista. Hay espacio justo para el piloto y copiloto, costo que hay que pagar por un diseño enfocado a la competición. Esto condiciona también la localización de los mandos, la mayoría de ellos concentrados en el volante. No hay duda que el habitáculo ha sido creado por y para conducir, sin que en ningún momento tengamos que soltar las manos del volante, que sólo mide 340 milímetros de diámetro.
Los secretos del nuevo Ford GT
A menudo escuchamos a los ingenieros de competición hablar de los beneficios de la ligereza, incluso en los tiempos que corren los automóviles fabricados en gran serie comienzan a incorporar soluciones para reducir su peso y así incrementar su eficiencia. Pese a que es un tema cada vez más importante, resulta sorprendente como Ford ha gestionado y reducido al máximo cada gramo posible en el nuevo GT.
La diferencia respecto al resto es que ha sido concebido desde una hoja en blanco y en la cabeza de un equipo de competición para ser lo más efectivo posible en carreras de resistencia. Dada las características de este tipo de pruebas, ser el más rápido a una vuelta no es tan importante como ser fácil de conducir, fiable y ligero. Todo ello repercute en un mejor comportamiento, menos esfuerzo de los elementos mecánicos al soportar un menor peso suspendido y también reduce el consumo de combustible y de neumáticos, algo vital en una carrera de 24 horas con docenas de entradas a boxes.
El Ford GT en su versión de calle es un ejemplo de cómo el mínimo peso no siempre está reñido con soluciones extremas y poco prácticas en situaciones de la vida real como pueda ser un embotellamiento de una gran ciudad. En opción, puede encargarse que las llantas del Ford GT estén fabricadas íntegramente en ligera y resistente fibra de carbono. No son baratas ni fáciles de producir pero el resultado compensa: se reduce el peso no suspendido en 1 kilo por llanta y además se reduce la inercia un 25%, y también mejoran el confort al reducir el ruido de rodadura.
El chasis, construido también en fibra de carbono, mejora la rigidez y el peso respecto a uno convencional de aluminio o acero, siendo el primero de las tres generaciones que emplea este material para el bastidor. En el interior, los asientos son fijos y se integran en la estructura de carbono por lo que se elimina de una vez herrajes y estructuras para ajustar su posición. A cambio los pedales y volante son regulables para adaptarse a cualquier conductor.
La lista de detalles en la lucha contra el peso es interminable: es el primer auto de calle que emplea la tecnología Gorilla Glass en los cristales –los hace más resistentes y 5 kilos más ligeros–, los paneles de la carrocería en carbono, el sistema de escape aligerado que acaba en dos salidas tipo bazooka, los subchasis de aluminio, los frenos Brembo carbocerámicos o el nuevo motor 3.5 V6 Ecoboost desarrollado por Ford Motorsport, más ligero, potente y eficiente que el anterior V8 atmosférico.
Cada una de las innovadoras soluciones empleadas en el Ford GT permiten parar la báscula en poco más de 1.300 kilos. Si añadimos a la ecuación sus 630 caballos, el resultado es el uno de los superdeportivos de la historia con mejor relación peso/potencia.
Nació exitoso
Las soluciones tecnológicamente muy avanzadas hacen al Ford GT un automóvil complejo de producir. Piezas y procesos realizados a mano y cada detalle cuidado al máximo para lograr cumplir las expectativas creadas. Desde su nacimiento iba a ser un auto de tirada muy limitada. Tan sólo se van a producir 500 unidades a un ritmo de menos de una unidad al día, cifras alejadas de la producción en masa empleadas por la industria en la actualidad. Lo que Ford no tenía previsto es que durante los apenas 30 días en el que estuvo abierto el plazo de reserva de su nuevo superdeportivo, más de 6.500 personas quisieran comprar uno.
Para los que no disponen de los cerca de 470.000 dólares que cuesta, Ford ha querido hacer partícipes, además de mostrandolo en Le Mans, con una configurador virtual en el que se puede crear el Ford GT de tus sueños. Hasta la fecha, la iniciativa ha sido un rotundo éxito ya que se han superado las 200.000 visitas a la web oficial.
No hay duda que nos encontramos ante uno de los autos símbolo del automovilismo americano, reinventado para la competición al más alto nivel...