Opinión
Canapino estuvo cómodo, ante la incomodidad de Altuna
Agustín Canapino llegó al su séptimo campeonato en la categoría del que parece su dueño deportivo luego de una definiciòn apasionante de Top Race. Esta vez sin agregados reglamentarios y con un campeonato lineal, se llegó a la fecha de cierre con dos títulos por definir en condiciones similares , el de Top Race y de Top Race Series. Fue un gran punto a favor para la categoría, que se arriesgó por lo convencional y fue un éxito. Lo mismo con el gran acierto de la largada con partida detenida.
Canapino es el legítimo campeón de 2017. Fue el más ganador y sostuvo en el año todos sus récords tanto de Pole positions como de victorias en el historial general. Tuvo enfrente al mismo rival del año pasado, Mariano Altuna con un prototipo Cruze muy competitivo del equipo SDE. El de Lobería Llegó primero en los puntos con una extraordinaria campaña, pero esa diferencia mínima se le escurrió entre las manos a partir del primer golpe de su rival que fue al ganar la Pole del sábado. En la carrera del domingo las cosas fueron muy tensas y terminaron mal para el de Altuna, y con la exclusión por parte de las autoridades además de terminar con su auto golpeado contra un paredón. El regreso resignado y en solitario rumbo a los boxes con el caso bajo su brazo pintó el fin del domingo para quien llegó puntero, al tiempo que su rival festejaba el campeonato en el podio.
¿Qué ocurrió para que todo termine asi?
Es probable que haya habido un exceso de defensa en la posición de escolta de la carrera por parte de Altuna ante el ataque de Canapino. Era un momento crucial de la carrera ya que si Canapino ganaba con cualquier resultado de su rival era campeón. Pero era prematuro saberlo porque la carrera larga brinda muchas alternativas en la pista y en los boxes con la carga de nafta. La pelea por ese segundo lugar fue letal. Un par de roces fuertes al principio y después los dos autos enredados en una maniobra que dejó a los dos fuera de pista, con la diferencia que uno se golpeó y el otro siguió y fue campeón. El año pasado en Salta fue parecido en intensidad y con menos fricción. Aquella vez Canapino terminó ganando el campeonato una hora después de terminada la carrera por decisión de las autoridades. Con los mismos protagonistas en disputa, Paraná se presentaba como una revancha de aquel domingo en Salta. Similar, pero con mayor tensión previa.
Hubo un hecho significativo del que Altuna no escondió su malestar. El sábado antes de la clasificación hubo una reunión de pilotos con el presidente de la categoría. Luego Alejandro Urtubey se juntó a solas con los dos pilotos y sus asistentes (Canapino y Altuna y sus directores de equipo). La reunión fue privada, pero no secreta, ya que pudo verse a Urubey hablándoles a los pilotos durante algunos minutos. Altuna salió molesto de ese encuentro y Canapino satisfecho quizá con la premonición de lo que podría llegar a pasar el domingo. No le cayó bien en el puntero del campeonato el 'sermòn' minutos antes de clasificar y es probable que haya sido el primer factor de influencia fuerte que jugó de manera opuesta en uno y en otro. Luego llegó la Pole de Canapino y el domingo la historia terminó como ya se sabe.
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Altuna siempre estuvo incómodo en la definición. Se lo veía tenso, y esa reunión pareció desacomodarlo desde lo anímico. No tengo dudas que influyó, por más entereza y experiencia que tenga cada piloto en situaciones extremas. 'Me embolan estas reuniones, nosotros somos profesionales y sabemos lo que tenemos que hacer', dijo.
Fue una pena lo que pasó luego en la pista porque la pelea podría haber sido mas larga y con otros condimentos. Se vio que sobre el final varios se quedaron sin nafta y eso alteró el clasificador definitivo. Canapino llegó al podio y le sobraron puntos para quedarse con un merecido campeonato. Fue al frente y sin especular nada selló un enorme resultado. Sigue siendo el dueño deportivo de las definiciones y el hombre récord de Top Race. Ganó con discusiones, pero su campeonato es indiscutido.
